Reacciones socioemocionales en niños en proceso de duelo por muerte de un ser querido.

Por Mtra. Adriana Martínez Ramos

Psicoterapeuta Guestalt


Artículo realizado en agosto de 2009 y presentado en el 1er Congreso de Tanatología del Siglo XXI en México D.F. durante los días 4, 5 y 6 de Septiembre por parte del Centro de Tanatología y Terapia de Duelo y el Instituto Mexicano de Psicooncología.



Resumen

El duelo, dolor emocional producto de una pérdida significativa, en este caso la muerte de un ser querido, es un proceso en el que se manifiestan diferentes comportamientos, sentimientos y pensamientos consecuentes de dicha pérdida. Para los niños en proceso de duelo por muerte de un ser querido, a pesar de representar un fuerte desequilibrio emocional es también una oportunidad de desarrollo y reajuste en las esferas emocional, física, social e intelectual, pertenecientes a las cuatro dimensiones de desarrollo psicológico.

Así pues, se conocerá, de acuerdo con la edad, el progreso paulatino de comprensión del concepto de muerte y las reacciones socioemocionales consideradas normales en el proceso de duelo para los niños, comprendiendo que, al manifestarse de manera excesiva constituirán síntomas de duelo complicado. En cualquier caso, la atención profesional siempre podrá ser considera para facilitar y favorecer el proceso de superación del duelo en niños.



El duelo no aparece únicamente ante la muerte de una persona, sino que aparece también en toda situación en la que un individuo haya tenido una pérdida significativa: situación, objeto, persona. Sin embargo, en el presente trabajo se hablará sobre las reacciones socioemocionales en los niños durante el proceso de duelo ante la muerte de un ser querido.

El duelo es un estado de pensamiento, sentimiento y actividad que se produce como consecuencia de la pérdida de una persona o cosa amada, generalmente se asocia con síntomas físicos y emocionales. El duelo durante la niñez es muy similar, sin embargo es importante tomar en cuenta que la asimilación cognitiva de la pérdida no es igual que en el adulto, y esto es lo que marca las diferencias existentes en los procesos de duelo entre niños y adultos.

Como ya se dijo, el duelo se da ante una pérdida significativa; se ha de entender la pérdida como cualquier separación de una persona querida, animal o cosa. Para los niños, el duelo ante las pérdidas, conlleva un desequilibrio emocional que, sin embargo, le permite en un reajuste en lo emocional, social, físico e intelectual. Al igual que en los adultos, los niños resuelven su proceso de una manera muy diferente en cada caso; sin embargo, dependiendo de su etapa de desarrollo, mostrarán diferentes reacciones socioemocionales a considerar.

El desenvolvimiento socioemocional se refiere a la continua adaptación del conocimiento propio y del entorno; en los niños, esto permite realizar la significación y reconocimiento de las conductas afectivas en el sí mismo y en los demás para lograr una mejor adaptación en medio.

En el desarrollo psicológico del individuo, iniciando al momento de nacer, se pueden contemplar cuatro dimensiones de desarrollo: motora, intelectual, emocional y social. Así pues, la aparición en el desarrollo de las emociones, y su posterior vínculo social, se desarrollan junto con el desarrollo motor intelectual del ser humano.

En lo motor, al inicio de la vida, el niño muestra la necesidad de ser asistido para cubrir sus necesidades paulatinamente hasta que sea capaz de hacerlo por sí mismo; en lo intelectual existe la necesidad de comprensión del otro ante el niño y posterior explicación de las situaciones para lograr su comprensión; en lo emocional existe también la necesidad de ser comprendido de la difícil expresión de emociones y posteriormente apoyado para lograr hacerlo por sí mismo; en lo social se requiere de la comprensión y el apoyo de los otros para superar la angustia ante los extraños y desarrollar estilos sanos de apego.

Con todo lo anterior poco a poco se va logrando la diferenciación del otro, lo cual implica, gracias a la maduración del sistema nervioso central, una afirmación del sí mismo, la adquisición de la propia identidad, y la capacidad de expresar sentimientos y pensamientos. Al lograr afirmarse a sí mismo, el individuo permite comenzar con la adquisición de una identidad psíquica que constituye la base para toda la vida. Gracias a ello, el niño siente, conoce, explora y decide su actuar pues cuenta con los elementos para establecer relaciones con los objetos y las personas.

Las emociones son los estados primarios que afectan o influyen en la vida del ser humano, a partir de los cuáles cada individuo se diferencia de los demás. Watson y Morgan sostienen la existencia innata de tres reacciones emocionales en el ser humano, que conforman un grupo de reacciones emocionales de naturaleza original y esencial; estás son el miedo, la ira y el amor (mismas que forman parte del análisis transaccional conocidas como emociones auténticas). Cualquier niño que reciba algún estímulo a sus emociones, reacciona con alguna de ellas a través de modificaciones corporales y somáticas. El niño pequeño no interpreta los estímulos de acuerdo con su contenido sino con su intensidad y cualidad no verbal.

El desarrollo socioemocional del niño y sus manifestaciones ante el duelo por la pérdida de un ser querido, se ven influenciadas por las reacciones de las personas en su entorno. En occidente hablar abiertamente de la muerte de los seres queridos se ha convertido en una especie de tabú para la población infantil; la mayoría de las personas cree que los niños no son capaces de procesar la pena y el dolor y tratan por todos los medios posibles de que los niños no lo sufran, aunque ello a veces implique el ocultarles la muerte de la persona en un intento de protegerlos ante el dolor; sin embargo, al hacerlo se les niega la oportunidad de expresarlo, vivirlo, afrontarlo y superarlo

Así pues, temiendo que sufran, se les niega los niños la expresión directa y abierta de su dolor, sin embargo ello no significa que no lo sienta, pues a pesar de ello muestra diferentes reacciones socioemocionales ante la pérdida y el duelo, y es necesario considerar que los niños son plenamente capaces de enfrentarse al dolor y su proceso.

Como ya sea dicho anteriormente la forma que tiene niño de enfrentarse a la muerte es distinta de la del adulto, el concepto de la muerte que tiene el niño madura casi por completo entre los 10 y 11 años. Para comprender la postura de los niños ante la muerte es importante contemplar la edad que tienen.

La siguiente tabla muestra el grado de comprensión de la muerte de acuerdo con la edad de los niños y la paulatina adquisición cognitiva de 5 criterios que conforman la madurez del concepto de muerte.

Edad

Criterios del concepto de muerte

Comprensión de la muerte

0-24 meses


No reconoce la idea de la muerte

Hay sentimientos de separación y pérdida

2-3 años




No funcionalidad.

Se confunde la muerte y el dormir, son tomados como sinónimos.

Un muerto no despierta

3-6 años

La muerte es un estado temporal (puede despertar, regresar)

La muerte es sinónimo de una vida limitada pero existente

El muerto ya no sufre

6-9 años

Permanencia.

La muerte es real y para siempre

La muerte es atemorizante

La muerte es un castigo

9-10 años

Inevitabilidad.

La muerte es inevitable

La muerte es parte de la vida y no un castigo

10-12 años

Irreversibilidad.


Universal

Nadie puede volver a la vida después de muerto

La muerte le sucede a todo el que esté vivo


Los niños, en su necesidad de comprender la muerte a lo largo de su desarrollo, buscan preguntar y platicar acerca del tema principalmente con los adultos, incluso con extraños, como una manera de observar pautas de comportamiento social que le ayuden a guiar sus propias emociones. Es por ello que todo contacto social resulta significativo para la manifestación de sus emociones y la comprensión intelectual del tema.

En los niños, a diferencia de los adultos, durante el duelo no existe una continuidad en sus expresiones emocionales, sino que sus diversas reaccione se presentan de manera intermitente y por periodos que pueden ser relativamente cortos (en ocasiones durarán días, en otras ocasiones durarán horas), sin embargo el proceso de duelo en general suele durar más tiempo y considerarse normal (puede requerirse toda la niñez para considerar superada la pérdida). Es por ello que en los niños, es normal observar la reactivación del duelo en ocasiones repetidas y sobre todo en los eventos significativos de la vida, a modo de las conocidas reacciones de aniversario.

Se ha de considerar que para cada persona y por lo tanto, para cada niño, el proceso es único, debe verse de manera individualizada, al mismo tiempo que se han de considerar los diversos factores que rodean la muerte del ser querido: su relación con el fallecido, el ambiente y la estabilidad familiar, la edad del niño, experiencias previas con la muerte, el estilo familiar, social y cultural para enfrentar la muerte y la oportunidad que se da al niño de expresar y compartir sus emociones y sentimientos.

Los niños no expresan sus emociones de la misma manera que lo hacen los adultos, De manera general, no muestran una preocupación excesiva acerca de la persona fallecida en el tiempo posterior cercano a la muerte (característica propia de los adultos), sino que suelen ir de la preocupación al, llanto, del llanto al juego, etc, Es, en estos comportamientos en donde se puede observar la intermitencia en la manifestación de sus emociones, que muchas familias interpretan como la imposibilidad del niño de entender la muerte o de que ya la ha superado. Esta intermitencia de expresión de emociones muestran la necesidad de descanso intelectual y emotivo de los niños para su posterior integración y comprensión, pues no pueden únicamente analizar racionalmente la situación durante largo tiempo y en múltiples ocasiones no les es posible expresar sus emociones con palabras, y sin embargo sí lo hacen con actitudes y juegos. Mediante sus palabras, juegos y comportamientos es posible observar su rabia y miedo a morir o ser abandonados, en ocasiones juegan a hacerse el muerto y revivir como un modo de sentirse mas seguros y albergar esperanzas del reencuentro con el ser amado.

En la siguiente tabla se muestran las reacciones socioemocionales de los niños ante la muerte de un ser querido de acuerdo con su desarrollo socioemocional.



Edad

Desarrollo socioemocional

Postura ante la muerte

Reacciones socioemocionales ante la muerte de un ser querido

0-24 meses

  • Indagación de los propios movimientos.
  • Aparición de la mímica y comportamientos no verbales para manifestar emociones.
  • Establecimiento de la relación con el mundo (identifica al otro en su entorno)

No es capaz de comprender la muerte

  • Irritabilidad
  • Disminución de la actividad de exploración motora
  • Disminución del sueño
  • Apatía y quietud.

2-3 años

  • Imitación y simulación del otro
  • Aparición del vocabulario y discurso precario

La muerte es como dormir.

La persona muerta continúa viva

  • El niño hace preguntas sobre la vida del muerto
  • Miedo a la soledad
  • Ansiedad de separación
  • Aparición de enuresis o encopresis
  • Pérdida de apetito o malestar estomacal

3-6 años

  • Afirmación de sí mismo
  • Desarrollo de su autonomía de expresión emocional
  • Sus emociones dependen de los otros

La muerte es temporal, no final

El muerto puede revivir

  • Miedo al abandono
  • Ansiedad de separación
  • Apego excesivo
  • Ira, conductas hostiles, rabietas
  • Pensamiento mágico
  • Culpa
  • Preocupación
  • Tristeza profunda intermitente

6-9 años

  • Diferencia sus emociones de las de los demás y las razona.
  • Es capaz de ordenar sus pensamientos

La muerte es atemorizante como un espíritu

La muerte les ocurre a otros

  • Curiosidad
  • Miedos exagerados a la soledad y a la muerte
  • Llanto
  • Pesadillas
  • Ira, Agresividad y enojo
  • Preocupación sobre enfermedades y muerte
  • Pesadillas
  • Pensamiento mágico
  • Culpa
  • Sentimiento de abandono
  • Ansiedad de separación
  • Tristeza profunda intermitente

9-10 años

  • Ordena sus pensamientos por categorías y funciones

La muerte es inevitable y parte de la vida

  • Culpa,
  • Rabia, enojo
  • Vergüenza,
  • Miedo a la propia muerte,
  • Pesadillas
  • Volubilidad
  • Tristeza profunda más o menos continua

10-12 años

  • Existe la crisis de la pubertad
  • Búsqueda de identidad, pertenencia y diferenciación

No se puede regresar de la muerte

Todos moriremos

  • Miedo al rechazo,
  • Ira, enojo
  • Tristeza profunda continua
  • Búsqueda de aceptación,
  • Dependencia emocional y apego excesivo en el grupo de pares y/o con adultos significativos
  • Insomnio o hipersomnia
  • Impulsividad,
  • Culpa



A cualquier edad puede considerarse normal la aparición de periodos breves de:

  • Aislamiento tanto con figuras de autoridad, significativas y grupo de pares.
  • Disminución en la atención y concentración
  • Disminución en el rendimiento escolar
  • Imitación de la persona muerta
  • Conductas regresivas.
  • Angustia (Fantasías catastróficas): Temor, desasosiego, inseguridad

Si cualquiera de las reacciones socioemocionales descritas para todas las edades se manifiestan de manera excesiva a tal grado de que afecte de manera generalizada su comportamiento y funcionalidad social, ha de considerarse cono un indicador de la existencia de un duelo complicado, que significa que el proceso de duelo no se está llevando de manera adecuada.


En cualquier caso trátese de un duelo normal o complicado, puede ser de gran ayuda el apoyo psicológico para el niño. De acuerdo con el DSM IV-TR, el duelo es una reacción ante la muerte de una persona querida y puede ser objeto de atención clínica; se ha de considerar que el duelo es un proceso normal, al cual todo ser humano ha de enfrentarse a lo largo de su vida; desde el momento del nacimiento en que se sufre la pérdida significativa del vientre materno, hasta el momento de la propia muerte, cuya pérdida significativa la constituye la pérdida de la propia vida.

Es de suma importancia considerar que la elaboración y superación de un duelo, es un proceso que ayuda a alcanzar un, siempre mayor, grado de madurez emocional y social, que al mismo tiempo conlleva un crecimiento personal tanto para los adultos como para los niños. En cuanto a las reacciones socioemocionales que se observan en los niños, es importante contemplar el ambiente familiar en el que se desenvuelven después de la muerte del ser querido, ya que en muchas de las ocasiones se encontrarán con una gran inestabilidad de conexiones sociales y manifestaciones emocionales por parte de los adultos a su alrededor, entre ellos y hacia los propios niños, todo lo cual constituye una especie de modelo a seguir.


Conclusiones.


El proceso de duelo ante las pérdidas por muerte de seres queridos a que se enfrentan los niños implica un gran sufrimiento para ellos, quienes son plenamente capaces de vivirlo, expresarlo y superarlo. Las reacciones socioemocionales que manifiestan son muy diferentes a las de los adultos y han de considerarse normales en tanto los niños no pierdan el contacto social en su entorno y la funcionalidad de su vida familiar, escolar y social.

Asimismo es importante identificar cuando dichas reacciones se manifiestan de manera excesiva o alteran su vida en general mostrando un duelo complicado, pues ello marcara una diferencia en el abordaje profesional psicológico que se les pueda brindar. La intervención profesional puede ser de gran ayuda tanto en duelos normales como complicados; lo cual no significa que todo niño que transite por un proceso de duelo ha de requerir la atención profesional

Los niños desarrollan poco a poco el concepto de muerte, así pues, será siempre de suma importancia el considerar que no alcanzan su comprensión total sino hasta alrededor de los 10 años, y mientras tanto quizá requieran de múltiples explicaciones a lo largo de su niñez que, aunadas con las experiencias que va adquiriendo sobre la muerte, le brindarán mayores elementos para superar sus duelos.


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